Con lágrimas en los ojos, Leo Ponzio abandonó por última vez el estadio de La Romareda. Se despidió de manera breve e intensa, sin preguntas, pidiendo disculpas por no haber sido más sincero antes y recalcando que no se baja de ningún barco, sino que ahora prioriza a su familia por encima de todas las cosas. Sentado junto al nuevo consejero delegado, Salvador Arenere, y arropado por buena parte de la cúpula deportiva de la entidad pero sin nadie del primer equipo, el capitán del Real Zaragoza puso fin a su segunda etapa en la capital aragonesa para regresar a las filas del River Plate y estar así más cerca de su familia.
"Habrá gente que me entienda y otra que no, pero no me bajo de ningún barco para subirme en otro. Priorizo la familia y agradezco el club que me abre las puertas para volver a Argentina. Dejo parte de mi corazón aquí", explicó Ponzio. El ya exjugador del Real Zaragoza comenzó su despedida pidiendo disculpas. "Ha sido una semanita agitada y pido disculpas por no haber expresado antes mi deseo de salir del club. Salió primero por un medio argentino --el diario Olé-- en el que dije lo que sentía porque realmente lo estaba pasando mal", indicó el argentino.
Ponzio añadió que siempre recordará su paso por el Zaragoza, con sus momentos buenos y los menos buenos, con las dificultades que le hicieron sentirse fuerte, y recordó que la blanquilla es la camiseta que más temporadas ha vestido en su trayectoria, por lo que este club siempre formará parte de su vida.
Via: R. MACHÍN - elperiodicodearagon.com
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